En pocos días, Argentina definirá un nuevo presidente, y eso nos pone a lxs realizadores del cine y el audiovisual en general, aquellxs que hacemos del "7mo arte" un hobbie y/o un trabajo, en la delgada línea de defender nuestro patrimonio y lo que será el futuro del mismo.
El día 27 de octubre se conmemora el DÍA DEL PATRIMONIO AUDIOVISUAL ARGENTINO, y de eso voy a escribir esta entrada de blog.
En Argentina, desde el año 1994, se ordena bajo la constitución, la “preservación del patrimonio natural y cultural” y especialmente el “patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales”. Esta reforma da lugar al derecho individual a la propiedad y el derecho colectivo a preservar nuestro pasado.
Según la Sociedad de Patrimonio Audiovisual, la Ley Nº 25.119 de 1999 y el Decreto Nº 1.209/2010 "amplía el concepto de “Patrimonio cultural” e introduce la noción de “Patrimonio audiovisual” señalando que forma parte integrante de lo que debe preservarse “los registros fílmicos o en video o en otros soportes creados o que se crearán en el futuro conteniendo imágenes en movimiento o con sensación de movimiento, mudas o sonoras, realizadas, difundidas o existentes en el país; los objetos materiales obras y elementos inmateriales directamente relacionados con los medios y soportes de las imágenes descriptas (…) y necesarios para su conservación, exhibición o restauración.”
En 2010 se crea la CINAIN (Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional) que según la Ley Nº. 25.119 art. 3, debe "Recuperar, restaurar, mantener, preservar y difundir el acervo audiovisual nacional y universal", entre otras cosas que pueden leer aquí.
Y con esto nace este trabajo de preservación y restauración audiovisual teniendo su base en la Sociedad de Patrimonio Audiovisual.
Con todo esto, ahora, tómense un momento para investigar, pensar y repensar aquellas cosas que se lograron. Aquellos espacios que nos hace el país que somos frente al mundo en materia de cinematografía.
Cuando voten en 3 días háganlo pensando en su futuro, en lo que quieren lograr profesionalmente, en lo que quieren ver en materia país, proyectado en pantallas gratuitas y privadas. Piensen en los festivales, en los impulsos culturales que de seguro alguna vez recibieron, o les dieron a esas películas y cortos que tanto les gustan. Replanteense si dentro de la máquina diaria vale más nuestro trabajo genrando cultura o los cambios radicales económicos que afectarán directamente nuestra soberanía audiovisual, lo que hoy conocemos como soberanía cultural. Suena un poco extremo pero creo que es el miedo, pensar en perderlo casi todo, por no poner TODO.
Más que abierta a dialogar, lxs leo como siempre y espero ver sus proyectos prosperar, espero poder ayudarles como hace años y desde un mejor lugar.
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